The Mentalist es una serie sobre un experto en lenguaje corporal que ayuda a una rama estatal del FBI después de que su esposa he hija fue asesinada por un homicida serial.
Por su parte Lie to Me es también sobre un experto en lenguaje corporal, aunque en este caso es un psiquiatra, que establece una empresa dedicada a ayudar a la policía y particulares a determinar cuando alguien está mintiendo, diciendo la verdad, y así llegar a la verdad de cada cosa. Pero además este personaje se basa en uno de la vida real, quien es el precursor de la detección de las microexpresiones. Más allá del lenguaje corporal común que todos conocemos, o sabes de y deberíamos aprender más, cada persona realiza una expresiones faciales mínimas, de fracciones de segundos, las llamadas microexpresiones, que pueden estudiarse para determinar la veracidad de lo que la persona está hablando. Siendo estas microexpresiones estándar, en tanto a que ya sea el Papa o el Presidente de Estados Unidos, un intelectual o el vagabundo de la esquina, todo el mundo las realizaría de la misma forma, instintivamente.
Así las dos series son interesantes, y aunque en ambas los productores, escritores, han dicho que ocupan varias explicaciones que en realidad son ficticias, también ocupan cosas reales, y en Lie to Me la persona sobre la que se basa el personaje principal sirve como asesor de la serie, lo que le da más credibilidad a la misma.
Personalmente creo que The Mentalist es superior, principalmente porque tiene un hilo conductor más entretenido durante toda la serie, en cambio en Lie to Me los episodios parecen repetirse de forma mecánica cambiando solo algunas cosas, y por ello me terminó aburriendo tras la primera temporada, y vi solo los primeros episodios de la segunda. The Mentalist la sigo todo el rato.
Eso sí, las dos son altamente recomendables.
Por su parte Lie to Me es también sobre un experto en lenguaje corporal, aunque en este caso es un psiquiatra, que establece una empresa dedicada a ayudar a la policía y particulares a determinar cuando alguien está mintiendo, diciendo la verdad, y así llegar a la verdad de cada cosa. Pero además este personaje se basa en uno de la vida real, quien es el precursor de la detección de las microexpresiones. Más allá del lenguaje corporal común que todos conocemos, o sabes de y deberíamos aprender más, cada persona realiza una expresiones faciales mínimas, de fracciones de segundos, las llamadas microexpresiones, que pueden estudiarse para determinar la veracidad de lo que la persona está hablando. Siendo estas microexpresiones estándar, en tanto a que ya sea el Papa o el Presidente de Estados Unidos, un intelectual o el vagabundo de la esquina, todo el mundo las realizaría de la misma forma, instintivamente.
Así las dos series son interesantes, y aunque en ambas los productores, escritores, han dicho que ocupan varias explicaciones que en realidad son ficticias, también ocupan cosas reales, y en Lie to Me la persona sobre la que se basa el personaje principal sirve como asesor de la serie, lo que le da más credibilidad a la misma.
Personalmente creo que The Mentalist es superior, principalmente porque tiene un hilo conductor más entretenido durante toda la serie, en cambio en Lie to Me los episodios parecen repetirse de forma mecánica cambiando solo algunas cosas, y por ello me terminó aburriendo tras la primera temporada, y vi solo los primeros episodios de la segunda. The Mentalist la sigo todo el rato.
Eso sí, las dos son altamente recomendables.